Relacionándose con los arhuacos


En Pueblo Bello y Nabusimake nos encontramos con indígenas en su estado natural, casi primitivo. Algunos de ellos a duras penas manejan el español. Casi todos visten sus ropas propias de clima frío y de trabajo.

Muchos de estos aborígenes son desconfiados y hoscos con los blancos. Pero también me encontré con otros que han viajado, son bachilleres o universitarios aunque siguen vistiendo sus ropas autóctonas.

Conocí a una enfermera de la Universidad de Medellín, y a una Administradora de empresas de la Universidad de Manizales, como también bachilleres educados en colegio de monjas en Santander.

Era nuestro interés relacionarnos con los arhuacos originales. La forma más facil fue llevarles dulces y panelas a los niños y mujeres, tratándolos con mucho respeto y educación, sin alzar la voz ni hacer ademanes bruscos.

A la mayoría no les gusta que los retraten y cuando ven úna cámara rehuyen, pero una vez ganada su confianza, y previo su consentimiento, acceden. En mi segundo viaje les llevé impresas las fotos del primer viaje. Eso les gustó mucho, lo cual me ha permitido acercarme más y lograr registros familiares. Para mi quinto viaje debo pensar en quedarme varios días.

A los indígenas adultos hombres hay que tratarlos con respeto y seriedad. Así estén vestidos de indígenas no son ignorantes. (En realidad son más sabios que la mayoría de los hombres blancos) Los hay educados y se expresan en español muy bien. La cortesía es en ellos natural hacia el turista y responden siempre a los saludos. (Carlos Londoño Ágredo, fotógrafo)